El Hotel de la Desesperanza

Aquí expongo el reportaje del último lugar que he visitado, sorprendente ..  sí , aunque por lo que sé había estado en condiciones muchísimo mejores, pero a pesar de encontrarse ya sin mobiliario éste es uno de esos lugares que no dejan indiferente ...

El título del reportaje es debido a que, al entrar a este hotel mis compañeros y yo vivimos una situación muy angustiosa que podría haber acabado verdaderamente mal.

Vayamos pues, a visitar este hotel ...

Cabe mencionar, que esta exploración fue realmente arriesgada, porque al igual que muchos otros lugares visitados, éste era una propiedad privada, pero además un cartel nos indicaba que actualmente se encontraba en venta.

La entrada fue algo complicada, no por el acceso en sí, sino más bien porque estaba en una calle transitada y con muchas viviendas cerca, así que tuvimos que ser pacientes y esperar para encontrar el momento adecuado ...





Una vez dentro del recinto, lo primero que veíamos era esta casa abandonada, muy deteriorada por dentro

 

 

 

 

 

La piscina del hotel

Vayamos hacia el edificio....

 

                                                              Detalle de un macetero

 

 

Entremos ...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aquí debía estar la recepción

Los colgadores para las llaves y un botiquín que aún contenía medicamentos

 

 

La Cocina y los congeladores

 

Ahora veremos lo que era el comedor principal.

 

 

 

Detalle de una vidriera

Subamos a la primera planta 

 

 

 

Veamos algunas habitaciones

 

 

 

 

El pequeño baño de una de las habitaciones del segundo piso

Detalle de los grifos

 

Cuando estábamos en esta planta nos pareció escuchar ruidos que provenían de abajo, pero no les dimos demasiada importancia

 

 

Este curioso baño me llamó la atención, parece ser que era un baño compartido para toda la planta.

 

 

 

 

 

Muchas zonas como este otro lavabo estaban deterioradas debido a la humedad.

Subamos ahora al segundo piso

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Me pareció extraño ver que casi todas las habitaciones de esta planta tenían el videt y el lavamanos en la misma estancia, sin ningún tipo de separación

 

 

 

 

 En este último piso había algunas estancias más y la azotea

 

 

 

 

 

 

 

Tras volver a la planta baja, vimos en el jardín esta caseta, pero no vimos ninguna puerta y decidimos por prudencia no acercarnos, porque justo al lado había una casa habitada.

 

 

 

Descubrimos tras esta puerta esta pequeña parte aislada del resto del edificio 

al entrar, nos encontrábamos con esta amplia habitación donde había también una chimenea

y a la izquierda podíamos encontrar este pequeño pasillo que conducía a cuatro habitaciones más

 

 Al fondo de todo había este baño

 

 

 

 y esta otra habitación

 

 

 

 

 

 

A la izquierda esta habitación con azulejos verdes y blancas, totalmente llena de espuma y algodón

 

 

 Y justo en frente de esta habitación, a la derecha había otra habitación más con un lavamanos, un armario blanco y también una puerta

Tras percatarme de que había olvidado mi linterna en la parte principal del edificio, quise volver a entrar para buscarla junto con mis compañeros,

pero al salir de nuevo hacia el jardín ... de repente nos topamos con un perro de un vecino de una casa cercana al hotel (al cual habíamos visto esa misma mañana) y volvimos a entrar a la sala de la chimenea, aunque el perro nos siguió .... y era un animal muy simpático, pero no nos beneficiaba demasiado que nos siguiese, porque temíamos que también pudiese estar cerca su dueño y nos encontrase.

 

Tras hacerle un par de fotos con flash, se marchó.

Esperamos un tiempo hasta que no volvimos a oír nada y el perro parecía haberse marchado, así que volvimos al edificio principal y en la planta baja ...   y a través de una ventana pudimos ver como un hombre acompañado de un perro pastor alemán se disponía a entrar al edificio, por la parte lateral, nos fuimos todo lo rápido y silenciosamente que pudimos, volviendo a la parte aislada del edificio, donde había a la sala de la chimenea y ocultándonos en la oscura habitación del pasillo en la cual había el armario blanco.

Escuchábamos a gente caminar por el jardín y por los alrededores del edificio y estuvimos escondidos sin apenas movernos para no hacer ruido, oímos a alguien entrar a la sala de la chimenea y posteriormente pudimos ver como alumbró con una linterna el pasillo que daba con  la sala donde nos ocultábamos y acto seguido se marchó al no oírnos ni vernos desde su posición, pasado un buen rato, alguien volvió a entrar por segunda vez y después cerró la puerta fuertemente atrancándola, cuando paramos de escuchar gente y pisadas de perro, tras pasarnos en total algo más de dos horas metidos en la habitación decidimos salir, desatrancando la puerta que había en la misma habitación en la que nos encontrábamos.

 

La puerta por la que salimos

 

 

 

Finalmente, tuvimos muchísima suerte y el camino estaba despejado, pudimos salir a la calle con relativa normalidad y sin que nos vieran.

La visita a este hotel y el momento de tensión e incertidumbre que vivimos, es sin duda una experiencia que mis compañeros y yo no vamos a olvidar ...